Por Mayra Cerdeira Take
Se
abordarán casos en los que el amor hacia las mascotas o la elección de éstas es
inusual.
En la boda
de Jacky Castillo, la dama de honor y el padrino fueron sus perros, “Codi” y
“Beer”, a Codi la adoptó de 6 semanas, y después de 14 años de siempre haber estado
con ella en las buenas y en las malas, y tras la trágica muerte de su esposo,
Jacky decidió disecarla y la conserva en su sala. Una mujer, guarda a varias
mascotas en un congelador durante un tiempo, para crear distancia emocional
antes de disecarlas, y colecciona animales disecados, pero no está obsesionada
con la muerte, respecto a esto, pienso que disecar a una mascota no representa
un problema si la persona no se encuentra en un estado de depresión, o
sus actividades o relaciones cotidianas no se ven obstaculizadas por
permanecer con el animal disecado, así, si es consciente de la muerte y la
acepta, el cuerpo disecado puede ser simplemente un recuerdo similar a las
fotografías; de no ser así, puede ser que la persona no pueda superar el
período de duelo y necesite ayuda.
En Nevada,
Lisa, una madre soltera tiene a dos hijos, Parker, su hijo natural, de unos 6
años, y una mona capuchina adolescente llamada “Mawai” –estos animales tienen
un comportamiento equivalente a un niño de 2 años y pueden vivir hasta 40
años-, a la cual cuida como si fuera su hija, le coloca pañales, deja que la bese
en la boca, la viste, la enseñó a usar un inodoro, gasta mucho dinero para
mantenerla, tiene que lidiar con peleas entre su hijo y la mona,etc., pero es
feliz en esa situación; sin embargo, estos monos son peligrosos, pueden
arrancar un dedo de un mordisco y transmitir enfermedades como el ébola, la
tuberculosis y una forma de VIH; creo que muchos podrían considerar que está
arriesgando a su hijo, y en cierta forma es cierto, pero mordiscos también los
pueden dar los perros (y serios) y no por eso se siente (a nivel general) que
las personas con perros arriesgan a sus hijos, y enfermedades, también se
transmiten entre persona y persona, y no por eso nos mantenemos aislados;
algunos dicen que el deseo de tener a un niño de 2 años (o su equivalente)
representa un “síndrome de nido vacío”, esto puede ser visto así, pero yo no lo
considero tan “patológico”, es decir, muchas personas aman a los niños
pequeños, pero por obvias razones no siempre podrán tener uno a su cargo, y un
mono podría ser un buen sustituto y compañía para cuando los hijos se van.
En Florida,
ocurre un caso similar, una señora de cincuenta y tantos años, tiene una iguana
llamada Kira, a la cual ama, besa y también cuida con devoción; su veterinaria
opina que estos reptiles también retribuyen el amor que se les da, que cada
especie tiene su forma particular de hacerlo, creo que muy probablemente es
cierto, a mí en lo personal, las especies de sangre fría se me figuran
precisamente así, “frías”, pero tal vez no soy capaz de percibirlo como otras
personas. Tanto que Lisa como ella, besen a sus mascotas, debo admitir que me
produce un poco de asco, sobre todo si pienso en los parásitos intestinales que
podrían adquirir, pero a muchos también les puede parecer asqueroso el hecho de
que en ocasiones yo comparta mi cama con mi perra, y a mí no me parece así,
todo es cuestión de apreciación.
En Miami,
unos padres de familia tienen 5 hijos, 35 serpientes ratoneras, 6 pitones de
árbol y 2 pitones reales; según el padre, no tienen veneno, y aunque pueden
estrangular o asfixiar, y en una ocasión una de ellas mordió a su hijo después
de ser alimentada, argumenta que no son mayores amenazas que los perros; sin
embargo, investigaciones confirman que la mayoría de las serpientes que se usan
como mascotas sí tienen veneno (leve), y en 1999 un niño y un hombre fueron
asfixiados por serpientes mascota. La fobia a las serpientes es más la común en
cuanto a las fobias hacia animales, -yo no tengo fobia precisamente, pero sí
creo que son muy peligrosas-, pero como dice el señor, “no comprendemos lo que
tememos”, y si bien el riesgo está presente (prácticamente con cualquier
mascota), cada quien conoce a su mascota y sabe lo que hace, y como mencionó el
narrador del programa: “tal vez no sean la mascota ideal para todos, pero la
buena compañía y la belleza está en los ojos de quien la contempla”.
Lo que me
pareció “más tabú”, fue que en Nueva Guinea amamantan a los cerdos –eso sí me
parece más extremo, pero bueno, creo que en parte lo hacen porque dependen de
ellos-. En India comparten espacio, comida y agua con 15 000 ratas a las cuales
veneran –esto sí que transmite enfermedades según yo-, y también allí, una
mujer de casta se casó con una cobra y fue bendecida por un sacerdote
–lamentablemente todo esto únicamente lo mencionaron, no se supo en qué
consistía el “matrimonio” y por lo tanto no podré opinar más.
Para
concluir, pienso que el poseer una mascota por más exótica o peligrosa que sea
o pueda parecer, es una decisión
personal de la que cada persona debe responsabilizarse, pero no por eso ser
considerado algo deplorable o tabú, y también que “poseer una mascota no distancia a las personas, en realidad facilita
la interacción humana, y ya sea para
cuidarlas, destacarnos, obtener comodidad y seguridad, nuestra relación con los
animales domésticos es tan individual como las especies con las que decidimos
vivir y amar como mascotas.
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