LCDO. WALTER GONZÁLEZ ÁLVAREZ 

Poder coger un tomate, levantar una silla o mover una mesa con la ayuda de un brazo robótico de bajo costo, sencillo pero a la vez efectivo, puede ser pronto una realidad. Una idea ganadora, económica y que requiere apoyo. En Loja, es allí, en ese rincón del extremo sur del país, donde se desarrolla este proyecto. Una propuesta que nació como parte de un concurso de robótica. Sus creadores: Cristian Ramírez y Verónica Barros. Ellos estudian la carrera de Electrónica de Telecomunicaciones en la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL). Fanáticos a la robótica, se unieron con el objetivo de construir una prótesis de una extremidad superior.

Un aparato de estos en el mercado tendría un costo de 12.000 dólares. Para ellos y su plan, esto era mucho. Por eso se "quemaron las pestañas" durante casi un año. Lo que había nacido como una idea para un certamen se convirtió en un plan social. El objetivo había cambiado. Ya no interesaba tanto el concurso como el resultado final de su trabajo. Ganaran o no, el curso de su trabajo ahora tenía otro fin: ayudar a las personas de bajos recursos económicos que requieran de una prótesis en sus extremidades superiores, pues los costos de las mismas en el mercado son muy elevados.

Al final, el aparato creado por los estudiantes resultó ser funcional desde el punto de vista médico y ortopédico. Cristian y Verónica se sienten orgullosos de su trabajo. "El secreto es identificar la necesidad de las personas que, por alguna razón, ya no cuentan con alguna extremidad superior de su cuerpo", dice el joven. Ella agrega que "con esto se busca mejorar la calidad de vida de aquellos a quienes podamos ayudar". El control de la prótesis y sus movimientos se realiza en base a señales microeléctricas generadas por los músculos del brazo, explican los jóvenes.

Los sensores eléctricos que permitirán esa conexión se están desarrollando actualmente con el departamento de prótesis y órtesis del hospital Isidro Ayora, de Loja, del cual han recibido el apoyo para impulsar el desarrollo de este proyecto. Carlos Calderón, maestro de los estudiantes, comentó que se busca la ayuda del Gobierno Nacional, a través de la Vicepresidencia y su programa Manuela Espejo. "Unas prótesis costarían alrededor de 12 mil dolores en el mercado internacional, lo que queremos es que personas de bajos recursos la tengan, que les llegue a costar un precio económico", dijo.