Por: Verónica Omaña Cruz
Recuerdo tus palabras pero lo que
me embelesa recordar es como me mirabas al hablar
Me levante, comenzamos una plática,
por alguna extraña razón yo quería
saber todo de ti
Hice preguntas y te miraba fijo, no
eres atractivo, ni tus músculos o tu cara llaman la atención
Es la energía que te rodea, el
aura que te acompaña, la luz de tu sonrisa y la electricidad en tu mirar.
No quiero decir que seas feo,
solo no perteneces al estereotipo fijo de un hombre guapo
Y esa es una de tus ventajas, yo
tampoco soy la imagen escenificada de una modelo de tv

Un corazón diabético, oídos sordos,
mala memoria, un cerebro caliente, mi negatividad, mi prisa y mis ganas de
tener más, me regalaron dos boletos.
El primer boleto me mando a dar
un paseo por las nubes y a perderme en el mar tu compañía.
Para este primer viaje mi corazón
diabético se las ingenio para que todo pareciera dulce, para que cada palabra, acción,
escrito, sonrisa, canción, poema y detalle aderezaran mi vida como su fuera miel
derramándose sin control.
Mis oídos sordos bloquearon todo
aquello que decías de forma clara, no dejaron pasar tus verdades y cuando
dijiste NO QUIERO UN COMPROMISO mis oídos ensordecieron, lo dijiste tan alto y
tan fuerte que se reusaron a oírlo, así crearon una atmosfera de tranquilidad en
la que no sonaban tus palabras, tus verdades y tu realidad.
Para la mala memoria que me cargo
lo anterior fue más que perfecto, impidió que recordara que no puedo cambiar a
las personas, no me dejo recordar la familiaridad de las situaciones, que no sé
cómo manejarlas y cambiarlas a mi favor así que no pude identificar síntomas,
señales, palabras y gestos que con un poco de buena memoria me abrían recordado
que EL AMOR en esos casos está perdido.

El segundo boleto fue el que me regreso
a la tierra, ese mismo que me hizo aterrizar sobre mi propio mar de lava, no
tardo en llegar pues como muchos viajes, este duraría poco.
Cuando no estábamos cerca o la comunicación
era poca, mi negatividad abarcaba todos los espacios, pronto en medio de algo
importante mi actitud, palabras y reclamos negativos comenzaron a alejar nuestro
“algo” no sé lo que teníamos pero era algo.
La prisa que siempre me ha caracterizado
no me dejaba respirar, tenía prisa por verte, hablar y sentirte, tenia prisa
por amarte, y porque tu correspondieras, a mis tiempos, a mis posibilidades y a
mi paso. IMPOSIBLE Ahora noto lo imposible que era que tú me amaras así como yo
quería, siempre será imposible que
alguien me ame así de exacto como yo quiero, las personas que aman, lo hace
como lo sienten, como les nace y como se lo permiten.

0 comentarios:
Publicar un comentario